Tipos de texturas para niños ejemplos
Contenido
Objetos con diferentes texturas
Reúne objetos del hogar o de la clase que tengan texturas que representen los siguientes adjetivos: áspero, peludo, desigual, suave, húmedo. Por ejemplo, puedes incluir papel de lija o un trozo de pan tostado (áspero), un animal de peluche o un pom pom (peludo), Legos o corteza de árbol (con baches), un calcetín o una bola de algodón (suave), una servilleta húmeda (mojada). Coloca cada objeto en una bolsa de papel marrón.
7. Como reto, pregunte al niño por qué un animal puede sentirse así. Por ejemplo, un hipopótamo tiene la piel húmeda o mojada porque su piel se agrieta cuando se seca. Además, su piel deja escapar un líquido rojo que actúa como protector solar. O la piel de un rinoceronte es áspera porque tiene muchas capas de piel para protegerse.
Sophia Chung es candidata a un máster en educación que estudia en la Harvard Graduate School of Education, centrándose en la tecnología, la innovación y la educación. Le apasiona el aprendizaje a través de los juegos, la defensa de la educación inclusiva y la narración de historias con los niños.
Tipos de texturas diferentes
Esta actividad utiliza la exploración y el sentido del tacto para crear una experiencia sensorial para bebés y niños pequeños. Durante esta actividad, tu hijo sentirá varias texturas diferentes y se le presentarán palabras que describen lo que está sintiendo.
En el caso de los bebés, mientras están sentados en tu regazo o tumbados boca abajo, cógeles las manos y hazles sentir suavemente cada uno de los objetos. Describe el aspecto del objeto y cómo se siente al tocarlo. Por ejemplo: «Vamos a tocar las bolas de algodón. Son muy suaves y redondas como pelotas». También puedes nombrar el objeto y decir para qué sirve.
Para los niños pequeños, coloca todos los objetos en una bolsa y haz que saquen uno. Anima a tu hijo a que describa cómo se siente. Por ejemplo, «Este papel de lija es áspero. ¿Se te ocurre alguna otra cosa que sea áspera o rasposa?».
10 texturas diferentes
Cuando los niños son pequeños, es esencial que exploren su sentido del tacto. El tacto es el primer sentido que se desarrolla en el vientre materno, y es la principal forma en que los niños aprenden a vincularse con sus padres. (¿Sabías que el suave toque de un padre en la mano de un niño puede reducir su ritmo cardíaco y disminuir la presión arterial?) El tacto sigue desempeñando un papel importante, tanto en el desarrollo temprano de las habilidades físicas y de comunicación como en la capacidad del niño para participar en actividades físicas.
Las actividades que incorporan el tacto y el movimiento del niño son beneficiosas porque aprenden sintiendo diferentes objetos, especialmente los niños que son aprendices cinestésicos. El acto de tocar estimula los sensores de los músculos y las articulaciones, enviando mensajes de ida y vuelta desde la piel al cerebro. Esencialmente, cada vez que el niño toca algo, el cerebro recibe un mensaje y toma una decisión.
Lista de texturas en el arte
Los bebés dependen en gran medida de su sentido del tacto para entender su mundo. En sus primeros años, entre el nacimiento y la infancia, los niños aprenden a través de sus cinco sentidos. Pero, dado que no pueden comunicarse mediante el habla hasta que son mayores, dependen en gran medida de un sentido en particular: el tacto.
El tacto permite a los niños comprender lo que son los objetos y cómo se sienten al experimentar diversas formas y texturas. Los niños llegan a saber qué sienten contra su piel cosas como lo pegajoso, lo espinoso, lo sedoso y lo esponjoso, aunque no sean capaces de comunicar verbalmente lo que experimentan, lo que les gusta o lo que no les gusta.
Otra razón por la que el aprendizaje a través del tacto y la textura es tan importante es porque ayuda a los niños en la adquisición del lenguaje. Los niños no nacen con un vocabulario de palabras para describir el mundo que les rodea, así que los padres pueden utilizar el tacto junto con el lenguaje para ayudarles a construir su vocabulario.
El aprendizaje a través del tacto y la textura es también muy importante porque refuerza las habilidades motoras del niño. Por ejemplo, agarrar, sujetar, apretar, apilar, pinchar, verter o recoger ayudará a los niños a fortalecer los músculos de su cuerpo, y también les ayuda a desarrollar una mayor coordinación mano-ojo.